Purificar un espacio, no solo es beneficioso para la energía que nos rodea, sino incluso es un gran antidepresivo.
Desde el descubrimiento del fuego, los grandes Chamanes notaron que la quema de ciertas hierbas produce un humo aromático. Mientras percibían el olor, también notaron que podían causar cambios sutiles en el medio ambiente. Es decir, notaron que el humo de ciertas hierbas, resinas y flores secas podían purificar el ambiente y luego mejorar el estado de ánimo y aliviar algunas molestias.
El ritual de quemar hierbas nunca ha desaparecido de la cultura humana. Desde la mirra y el incienso de la Iglesia y los bazares del Medio Oriente hasta los sándalos indios y los sabios de los indios americanos y mesoamericanos, este modo de purificar el espacio es un fenómeno global. Es una herramienta que se ha quedado con nosotros. Después de todo, el sentido del olfato es el único directamente conectado con las emociones a través del lóbulo límbico del cerebro. También es el único sentido que nunca duerme.
Además de la comprensión metafórica y mística que tiene el humo en muchas tradiciones como puente entre este mundo y otro, y como ofrenda a los espíritus, la ciencia ha descubierto recientemente que quemar ciertas hierbas, como la salvia, genera iones negativos en el aire. (Otro día hablaré de lo beneficioso de los iones negativos para la salud). Esto podría explicar por qué tantas culturas humanas, a pesar de no tener contacto entre sí, perfuman los espacios sagrados con las mismas hierbas.
Más allá de estos motivos, y sumado al aroma que emiten las hierbas, podríamos proceder a limpiar el mismísimo espacio con ellas. Por ello deberíamos limpiar energéticamente espacios donde pasamos mucho tiempo o uno que percibimos cargado o estancado. Sin embargo, antes de enlistar algunas de estas hierbas más efectivas para la limpieza, recomendamos un breve procedimiento de Preparación.
Antes de manchar, se debe abrir una ventana o una puerta, y colocar las hierbas en una cáscara o un cuenco hecho de material orgánico ( Barro), y luego encenderlas con un fósforo de madera. Sopla suavemente las llamas para dejar solo brasas incandescentes. Utilizando el humo que sale, lávate las manos metafóricamente, y pon un poco en los ojos, oídos, pecho y cabeza, mientras respiras apenas una bocanada de humo.
Una vez finalizado este procedimiento, el recipiente se puede colocar en un lugar seguro y dejar que se queme hasta que la habitación se llene de humo. También puede tomar un ramo de hierbas y moverlo a las esquinas y debajo de los muebles para alcanzar el mayor espacio posible. Una buena forma de deshacerse de las cenizas es soplarlas en los árboles cercanos o en su jardín.
A continuación, se presentan cinco hierbas, maderas y resinas buenas para la purificación y limpieza profunda:
Salvia blanca.
El humo de la salvia blanca se usa para dispersar no solo las vibraciones inapropiadas y los espíritus malignos, sino también para "absorber" el conflicto, la ira o la enfermedad en una persona. De hecho, esta es una de las hierbas que más altera la composición del aire para generar iones negativos. El efecto de estos es reducir nuestra respuesta al estrés.
Las astillas humeantes de este árbol de "madera sagrada", se utilizan como un repelente eficaz contra las energías negativas y funcionan muy bien como un disparador de la vitalidad en el cuerpo.
Copal.
El copal es una resina dulce, especiada y amaderada que se usa para rituales, por sus especiales propiedades como protección. Debido a esta propiedad, se utiliza para proteger espacios y así evitar enturbiar la energía nuevamente.
Lavanda.
El humo de lavanda es el humo más ligero de esta lista, por lo que es excelente para proporcionar equilibrio. No solo desprende un aroma encantador, sino que puede usarse para iluminar un espacio y promover un sueño tranquilo y profundo.
Cedro.
Como la salvia, el cedro dispersa las energías estancadas y negativas y atrae influencias positivas. Su humo purifica y limpia a la vez que desprende un agradable olor. También se cree que revive el espíritu y ayuda con la fatiga y la apatía.